lunes, 9 de marzo de 2015

Otra vez ella


 

 ¡No, no lo he soñado, abuela! Ni lo inventé. Se lo aseguro. No sé de qué se trata. Pero no le tengo miedo porque, hasta ahora, sólo hace lo que hace. Ni siquiera me dirige la palabra. Pero, desde el preciso instante que la vi por primera vez, dudé. Es que no me gusta, siento que hay algo que no está bien en todo esto. Creo que dejaré de trabajar ahí. Aunque no se pueda despreciar un empleo como éste, ¡tan bien pagado!, y con lo difícil que está todo. Usted sabe que siempre he sido muy responsable. Así esté sola, como estoy, sin que nadie me cuide mientras aseo. No acostumbro a beber del güisqui de la casa, como hacen otras. Ni un poquito. Ni un tantito así. Se lo juro por mi santa madre, que Diosito la tenga en el cielo. Menos, me aprovecho del silencio y la buena cama para dormir, como nunca podría hacerlo en este cuartucho de nuestra vecindad. Soy como usted me educó: pobre, pero honrada. Pero, abuela, le juro, no sé si aguanto verla de nuevo. Ahí, en la sala, sentada frente a esa enorme pantalla de cine y con el proyector encendido. Le pido que mañana me acompañe. Verá que es así como se lo cuento. No es un muertito como esos con que usted nos asustaba cuando niños. Tampoco, puede ser un fantasma. No sé qué es. Pero, no tengo dudas, que es ella. Sale del retrato que le hicieron a tamaño natural, ése donde está con su traje de Doña Bárbara, para sentarse a ver sus propias películas de María Félix.

 
Texto: Armando Quintero. Es una versión corregida de uno de los cuentos de mi libro "Sucedidos" a presentar en el trabajo final  del Profesor Ricardo Tavares del Diplomado de Narrativa Contemporánea 2015 que estoy estudiando. El ejercicio dice: "Redacte un texto narrativo inspirado en la siguiente frase: “Y en ese preciso instante, dudé”. Extensión: 250-300 palabras".
La ilustración pertenece a una de las numerosas imágenes de la actriz mexicana María Félix y fue tomada de GOOGLE.

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