Ayer mi abuelo contó unos cuentos que me gustaron mucho. Y tengo mi triciclo para lograr lo que escuché.
El abuelo me dijo que si uno da la vuelta a nuestro mundo, siempre regresa al punto de donde salió. ¡Cuántas veces lo quiera!
Que eso fue lo que hizo un navegante llamado Magallanes.
Y, unos años antes de él nacer, lo hicieron un señor inglés y su criado. Viajaron en globo y tardaron ochenta días en dar la vuelta.
No navegaré en una carabela como Magallanes. ¿Dónde podré encontrar una? Y si la encuentro, ¿quién me la regalaría?
Ni viajaré en globo como Mr. Fogg y su criado Passepartout.
Además, de verme subir en una u otro, mis padres se morirían.
Cargué mi morral con suficiente jugo y chocolates. Y, pedalea que te pedalea, ahí nos fuimos con mi triciclo.
A mi triciclo siempre le gusta que me monte sobre él. Sabe que es para llevarlo a alguna aventura.
Y anda que te anda, ¡ya llevo mucho rato!
Hasta me he bebido el jugo y comido casi todos los chocolates.
Lo que sí no entiendo es por qué mi madre ha gritado: - ¡Ya! ¡Deja de dar vueltas por el apartamento o te vas a la cama!
No hay comentarios:
Publicar un comentario