"Luna cacheireada nº 16" Ilustración de Armando Quintero
La luna se sentó en mi silla
La luna se sentó en mi silla.
Me miró. La miré. No habló.
Tampoco le dije nada.
Le alcancé un vaso con agua
y un gran trozo de pan tierno.
Bebió, Comió. ¡Pobrecita!
Agradecida subió sobre los techos
y, desde arriba, sonrió.
Con su luz bien recargada.
¡Qué hambre y sed tenía!
Veo pasar la luna
Me asomo por la ventana
y veo pasar la luna.
¿Es la uña de un gato, a veces?
¿Un trocito de manzana,
cuando los corta la abuela?
¿O el gran tambor de un payaso
que gira su recorrido?
Así la veo. ¿Tú sabes
cómo ilumina su luz
en el cielo de otros suelos?
Cosas de luna
El abuelo me ha contado
que la luna es muy viejita.
y, por eso, olvidadiza.
A veces, demora en salir.
Otras en entrar. Siempre así.
Pero, desde que me dijo
que toma su luz del sol,
mi brazo sale a la noche.
Para ver si su brillo logra
dorármelo, poco a poco.
Del libro inédito de Armando Quintero "Luna siempre es luna".
Con ilustraciones del autor realizadas en técnica mixta.
Armando sabes que te sigo a veces con algún paréntesis , pero no te dejo, me tocas la ternura,me cambias la rutina.
ResponderEliminarComo aquella vieja canción de torito bravo enamorado dela luna yo soy en verdad una enamorada de la luna y este trozo que acabo de leer me encanta, sobre todo me lleva hasta el Olimar y La vaca aazul cuando dices"TU SABES CÓMO ILUMINA SU LUZ EN EL CIELO DE OTROS SUELOS?
;"
El recuerdo siempre le trae a uno la vista de los tres puentes, el sabor de las aguas del Olimar, el aroma de su monte, el roce con las flores del sucará, los cantos de los sabiá y los amigos con uno conversando en sus orillas o nadando en {el. Eso no se olvida.
ResponderEliminar"Mi río tiene tres puentes"recuerdas los aromas del monte y el canto del sabià;te leo y entonces me vienen como a ti las cosas del"pago" me pienso que aunque no vivimos en la añoranza, las raíces llevan nuestra mente, al lugar donde nacimos , donde fuimos felices y tambien sufrimos, pero somos lo que en aquel rincon de mundo, ríos monte calles anchas mate y guitarras forjaron nuestro ser
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