viernes, 24 de junio de 2011

Machadianas, coplas de cuentero (VI)

Foto de luna sobre Montevideo tomada del blog de Héctor Rodríguez Cacheiro



LXI
Diviértenos: saca afuera
aquello que tienes dentro.
Como el torero te juegas.
¡Carga de oficio, cuentero!

 LXII
Milagro de maravillas
“la enfermedad de la duda”.
¿Esto es? ¿Aquello no?
¿Podrás vivir si la curas?

LXIII
¿Hay verdades absolutas?:
“Todo es posible” ¿Todo es?
Pruébalo contando el cuento
que no te crees, otra vez. 

LXIV
Ya lo decía el poeta,
“Todo es cuestión de medidas:
un poco más, algo menos”
En esto no hay más salida.

LXV
Palabras vas encontrando.
Es un riesgo de tu yo,
elegir, te guste o no,
cómo, dónde, cuándo y cuánto...

LXVI
Cuando el poeta nos dice
de “una nube en pantalones”
has de verla en tu mirada.
Divertida. Sin telones.

LXVII
No es difícil destruir
-nos comentaba un cuentero-;
basta que sueltes la mano
y la copa caerá al suelo...

LXVIII
Menos fácil nos será
lograr una copa, luego,
tan valiosa y delicada,
con los fragmentos del suelo.

LXIX
Es vivir: ¿comer? ¿dormir?
¿soñar?...Abriendo criterios:
¿ y  por qué el soñar despierto
no entra en la cuenta, cuenteros?

LXX
Como los tuyos los míos:
mis sueños serán tus sueños;
no es un juego de palabras
el de tus cuentos, cuentero. 

LXXI
¿Que es loco soñar caminos
para sembrar en el mar?
Cuentero: sueña palabras
sembrando tu realidad.

LXXII
Cada palabra que dice
es sueño de su panal:
el cosechar entre todos
lo que ha sembrado en el mar. 

LXXIII
¿Y dónde está lo imposible
de aquello que fueron sueños?
Revuelan, navegan y ruedan
por cielos, mares y suelos.

LXXIV
Hemos dado las razones
y abierto varios candados.
Ahora compartiremos
el sueño que hemos logrado. 

(Epílogo)
Había una vez...y siempre.
Está en tus manos que sea.
Con sólo contar tus cuentos,
cuentero, harás que lo vea.

Las Machadianas, coplas de cuentero.
Del libro Los cuadernos de Julio Márez de Armando Quintero.

jueves, 23 de junio de 2011

Machadianas, coplas de cuentero (V)

Imagen tomada del archivo Lunas del facebook de Juan Márquez




XLIX
Si, como dice el poeta,
“nuestras vidas son los ríos”...
¿diremos que hablan sus aguas,
al narrar los cuentos míos? 

L
Miedos niños, dolor joven,
agrios caminos de vida...
ante el público se esconden
¡si está viva mi alegría! 

LI
Si lo que narras afuera
no lo cuestionas adentro,
tus cuentos podrás contarnos,
pero ¿serás un cuentero?

LII
Duda, pregunta y oponte
a lo logrado que tengas,
y decídete a brindarlo
¡con el corazón afuera! 

LIII
Al modo de quien está,
y del lugar donde estés.
Así se cuentan los cuentos:
verás, una y otra vez...

LIV
Como al pan, haz con tu cuento:
comprueba la levadura,
prepara, amasa, descansa,
y dale forma a su hechura.

LV
Y como al pan: ten cuidado
que a tus sentidos despiertan.
Basta sólo un momentico
para que el horno lo pierda.

LVI
Y como al pan, lo verás,
no hay arte si por premura,
del tiempo que te ha faltado
te quedó su masa cruda.

LVII
Lorito repetidor:
sólo repites lo dado.
¡Pobrecito de tu hacer
que nada nuevo ha creado!

LVIII
Todo a su tiempo, cuentero.
No aceleres tu saber.
Ni te angusties, si ya sabes,
lo que te falta aprender.

LIX
¿Quién dijo que tiempo al tiempo?
Desde el comienzo, verás.
Hazte cuento con tu cuento,
y luego me contarás. 

LX
Caballito de cartón
que en mi niñez fue montado:
cada vez que cuento cuentos
voy a tu crin aferrado.



Las Machadianas, coplas de cuentero.
Del libro Los cuadernos de Julio Márez de Armando Quintero.

viernes, 10 de junio de 2011

Machadianas, coplas de cuentero (IV)

Luna llena asomando sobre El Ávila. Foto de Juan Márquez.

XXXVII
Cuentero que sabe serlo
primero aprende a escuchar,
a cuenteros escuchando
y así mismo en los demás.

XXXVIII
A comportarte no enseña,
ni a cómo harás tu vivir,
te abre ventanas y puertas
para dejarte elegir.

XXXIX
-¿Es lo contado verdad?
-Todo cuentero da vida
a aquello que le ha pasado
como verdad sucedida.
-¿Mintiéndola? -No, creyéndola
por más absurda, vivida. 

XL
-¿Podrás negar lo que diga?
-Sólo si notas sus dudas.
-O al mentir,  si no te cuenta,
verás- su cuento murmura. 

XLI
“Que los cuentos cuentos son”
Afirmación que no es nada:
vibra tanto el que los oye
como vibra el que los narra.

XLII
El cuentero nunca olvida,
aunque le duela el recuerdo,
porque sabe que su ahora
también lo graban los cuentos.

XLIII
...Y no  porque no los tenga
 no demuestra sus dolores.
Al sembrarlos en su barro,
se le tornaron en flores.

XLIV
Abeja, la libadora,
carga su carga de miel...
Si es cuentero el que te cuenta
nunca te dará su hiel.

XLV
“Había una vez”...Hoy es siempre,
todavía. Que el cuentero
narre el cuento. Para oírlo,
hay corazones dispuestos. 

XLVI
¿Posible soñar caminos
para sembrar en el mar?
Basta escuchar, para ver,
palabras de tu panal.

XLVII
Para entender mis razones,
ponte conmigo a dudar:
¿Será acaso un imposible
que alguien camine en el mar?

XLVIII
Sólo falta el que lo arriesgue:
siendo la mar el morir;
caminar sobre sus aguas,
¿será que enseña a vivir?

Las Machadianas, coplas de cuentero.
Del libro Los cuadernos de Julio Márez de Armando Quintero.

viernes, 3 de junio de 2011

Machadianas, coplas de cuentero (III)


Luna llena apareciendo sobre El Ávila. Foto de Paul Montilla 





XXV
“Contamos para que veas,
y no para que nos oigas”
dicen cuenteros mayores
que en el oficio se gozan. 

XXVI
Si no te preguntas nada
¿Seguro estás de tu hacer?
Si sólo esperas respuestas
nunca podrás aprender.  

XXVII
A pesar de despertarse
antes que venga la aurora,
un cuentero, entre recuerdos,
se va quedando sin horas.

XXVIII
Tuvo su puño apretado
un cuentero, en su ciudad.
Dolió su mano cerrada
aunque empuñó la verdad

XXIX
Si hallan en su cadáver
la edad que un hombre tenía,
no quedarán sin edad
los cuentos que se sabía. 

XXX
-Dios hizo de barro al hombre.
 Con un soplo le dio vida-
dijo un cuentero narrando,
que comparar no quería.

XXXI
Del barro de mis entrañas
-¡Dios me libre mi salida!-
suelto palabras al viento
para que más hombres vivan.

XXXII
En tus palabras se ha visto
claras nubes, pueblos bellos,
niños, hombres y mujeres...
las vidas que llevan dentro.

XXXIII
Cada uno, al escucharte
siente lo nombrado de ellos.
Y no ven que sólo es tuyo.
¡Vivan tus cuentos, cuentero!

 XXXIV
 Asombro,  ternura, humor...
vivos en tus puros cuentos,
hacen que nos suelte amarras
el niño que bulle dentro.

XXXV
Si una palabra se esconde,
llámala a punta de lecos.
Adentro. Sin que se enteren.
Logrando seguirle el juego.
Pero, con todo el coraje
de no callar ante el riesgo.

XXXVI
Cuentero improvisador
no es cuentero improvisado,
te cuenta lo conocido
no lo que tiene olvidado.




Las Machadianas, coplas de cuentero. 
Del libro Los cuadernos de Julio Márez de Armando Quintero.