miércoles, 23 de noviembre de 2011

Mis cuentos de hoy por Twitter: Las ocultas historias de Blancanieves


Una de las tantas imágenes típicas del personaje de Blancanieves de Walt Disney.

Mis cuentos de hoy por Twitter

1
- ¡Les prohíbo hablar de los derechos de la mujer! - ordenó el enano mayor a los otros. Necesitamos una criada y no podemos pagarle a nadie.

2
- Haré de cuenta que juego en mi casa de muñecas - pensó Blancanieves. Es claro que los siete enanos no piensan pagar mis tareas domésticas.

3
- ¡Ciertas condiciones aplican, si quiere casarse con ella! - dijo el enano mayor al príncipe. La protegimos muy bien siendo nuestra criada.

4
- Ésta no sólo era Blancanieves- lloraba el enano menor. La pobre, también tendría un cerebro en blanco. Hay que dejarse engañar tres veces.

5
- ¡Si no fuera por lo de los siete años, hace rato que hubiera quebrado este espejo! - se quejaba la Reina al oír lo mismo sobre su belleza.

6
- ¡Qué se ha creído Walt Disney! - se lamentaba Blancanieves: ¡Darme fama con los dibujitos de una que canta en un inglés que ni es europeo!

7
- Lo intenté, sí que lo intenté. Quería librarme de los enanos y siempre lograban despertarme. Menos mal que apareció ese estúpido Príncipe.

8
- ¡Librarme de la Reina fue fácil! - pensó Blancanieves. ¿Cómo logro  librarme de los enanos? Quiero regalarle la casa de muñecas a mi hija.

9
- Si en el Reino del revés se libera al ladrón y va preso el juez... - razonaba Blancanieves: Acusaré a los enanos de no pagar mis servicios

10
- No. Mejor los acuso de intento de violación, asesinato frustrado y querer enterrarme viva - se decía Blancanieves. Peligro mucho si hablan

Textos de Armando Quintero creados y recreados teniendo en cuenta los 140 caracteres para Twitter.

Un tema para compartir y conversar: Juanito y las habichuelas mágicas


Es posible que el mensaje de estos cuentos flote como el de una botella en el mar, con la inseguridad de no llegar a un destino acertado.



He aquí una historia para el mal ejemplo: "Juanito y las habichuelas mágicas".
Y pensar que aún se sigue narrando como una historia inocente. 
Un niño de La Vega (*) me preguntó, hace un par de años años: 
- ¿Armando, no nos están enseñando a robar con esa historia?
- Yo no la cuento" - le respondí. Y él me la mostró en su libro de lectura. 
Confieso que se me cruzó por la cabeza el comentario de un conocido: "Con razón estamos, como estamos". 
Pero no se lo iba a decir.
Conversamos sobre ella con él, su maestra y sus compañeros de clase.
Espero que no la sigan colocando en los libros de lectura oficiales. 
Recordando ese comentario, hice estos minicuentos.



1
- La vaca se perdió. ¡Qué regaño y azotes recibiré de mi madre! Suerte que a alguien se le cayó este saco de habichuelas - dijo Juan, pícaro
2
- Sí que es dura la viuda de mi madre. No creyó el cuento de las habichuelas mágicas. ¡Qué paliza! - lloraba Juan en su cama. Ni las cocinó.
3
- Esa mata nació en mi terreno, nunca supe cómo, pero es mía. Inventar lo de las habichuelas mágicas me servirá de excusa - se dice Juanito.
4
- No madre, usted no pregunte tanto. Confórmese con tener las monedas de oro - respondió Juanito el de las habichuelas mágicas. Voy por más.
5
- No madre, usted no pregunte más. Confórmese con tener la gallina de los huevos de oro - dijo Juanito el de las habichuelas. Ya voy por más
6
- Si tumbo la mata, muere el Ogro, me quedo con todo y no pago nada. - pensó Juanito, el de las habichuelas mágicas. ¡Buenos hachazos, pues!
7
- ¿Decretos de expropiaciones como usan en otros Reinos? - dijo Juanito, el de las habichuelas mágicas – Yo fui más directo con mis hachazos
8
- Madre, dele con sus preguntas. Confórmese. Tiene monedas, la gallina de los huevos de oro y un arpa. ¡Ayúdeme a deshacernos de este ogro!
9
- Madre, no logramos deshacernos del ogro pero, en este Reino no hay problema por un robo o un crimen. Y verá que llegaré a Rey - dijo Juan.
10
- Madre, lo logramos. Vio que llegué a Rey- dijo Juan el de las habichuelas cuando la princesa le dio el sí. Verá que otros tomarán ejemplo.

Textos de Armando Quintero creados y recreados teniendo en cuenta los 140 caracteres para Twitter.

(*) La Vega es uno de los barrios ("cantegriles", "villas miseria", para entenderlo, aunque esos términos no los definen correctamente) donde periódicamente subimos a narrar cuentos desde la UCAB. Se hace un trabajo social permanente en ese lugar como, también, en otros lugares cercanos a la Universidad.

lunes, 14 de noviembre de 2011

Nuevos minicuentos enviados por Twitter

Tomada del Facebook: Otra cerámica del uruguayo Tomás Cacheiro Sánchez 


Un nuevo reto en mis cuentos enviados por Twitter: ¡Cuento por entregas!


Una historia de amor


1
El dragón adolescente, haciendo caso omiso de las advertencias de su padre, decidió emprender la más peligrosa de sus aventuras: enamorarse.
2
El dragón adolescente, haciendo caso omiso de las advertencias de su padre, decidió busca a la dama de sus sueños: la bruja del otro cuento.
3
Al fin, después de volar y volar, el dragón adolescente encontró a la bruja del otro cuento. Y ella dijo: ¡Sí! ¿Quién desecha un amor alado?
4
¿Fueron felices y comieron perdices? No lo sabemos. Es seguro que no fue diferente al amor de cualquiera. A veces felices, a veces no tanto.
5
Eso sí, si ven volar a unos niños con alas extrañas y trajes de brujos, ni se asusten. Son los hijos del dragón y la bruja del otro cuento.
La frase inicial me fue brindada por Abigail Truchsess y pertenece a un cuento de Jairo Aníbal Niño.

Diez variaciones sobre un mismo tema: ¡el despertar de la Bella Durmiente!

Otra historia de amor

1
Cuando la Bella Durmiente fue despertada, no pudo creer que aquel fuera el príncipe de sus sueños. Cortó por lo más sano: se hizo la dormida
2
- ¿Y, ésta que se cree, no piensa despertarse? No tengo tiempo para muchos besos con una asamblea en la corte. Será bella, pero es haragana.
3
- ¡Al fin se fue! -comentó la Bella Durmiente - ¡Qué me traigan al paje del que estoy enamorada! Ordenó. Pero ninguno más había sido besado.
4
- ¡Atrevido! -gritó la Bella Durmiente. Y le dio tremenda cachetada al príncipe que la despertó. Ahí mismo se inició una guerra de tortazos.
5
La guerra de tortazos entre la Bella Durmiente y el príncipe que la despertó fue un secreto bien guardado. La corte aún no había despertado.
6
Al despertar, todos notaron el desarreglo de la Bella Durmiente y el príncipe. Y pensaron que el rostro enrojecido era por ser descubiertos
7
- ¡Tan recatada que se veía! -comentó la baronesa cuando vio como se mostraban la Bella Durmiente y el príncipe. No dudo que ella nos durmió
8
- ¡A casarlos, rápido! -ordenó el rey. Nada valieron las protestas de la Bella Durmiente y el príncipe. Así pasaron del sueño a la pesadilla
9
... Y fueron felices para siempre. Así dicen del amor de la Bella Durmiente y el príncipe. Las guerras de tortazos siguieron palacio adentro
10
Cuando la Bella Durmiente y el príncipe eran viejos y no tenían fuerza para los tortazos, descubrieron las caricias y entraron en otro sueño

Textos de Armando Quintero creados y recreados teniendo en cuenta los 140 caracteres para Twitter.

sábado, 12 de noviembre de 2011

Otros minicuentos enviados por Twitter

Fragmento de una cerámica del uruguayo Tomás Cacheiro Sánchez
0
Hace mucho la Tierra era una pequeña roca sin vida que cabía, cómoda, en la cajita de fósforos que estaba en la chaqueta del Primer Hacedor.
1
- ¡Hágase la luz! – dijo el Hacedor de Lluvias para detener el diluvio que ya había creado. Se sorprendió al descubrir la primera hoguera.
2
Dicen los abuelos que el aire nació creado por el Hacedor de Pájaros y que al intentar atrapar a los seres creados por él, nació el viento.
3
Dicen que el hombre apareció - es decir, la primera mujer - cuando los Hacedores descubrieron que alguien tenía que admirar todo lo creado.
4
El Primer Hacedor dijo unas dispersas palabras para que volaran con el viento. Ellas decidieron unirse y, poco a poco, formaron a un libro.
5
- Acabo de crear mi mejor obra. En esta caja secreta la he guardado. Si la abren, la verán. Pero dejará de ser lo que es ¿Lo intentarán?
6
Cumplidas sus creaciones, los Hacedores descubrieron que se aburrían por haberse acostumbrado a trabajar tanto. Así inventaron el descanso.
7
¿Existen los Hacedores? Es suficiente con encontrar la sonrisa de un niño para saber de la presencia del cálido Hacedor de la Ternura.
8
“Estamos tomando medidas”, decían los techos de los vagones del metro. El aviso ya desapareció de muchos de ellos. ¿Y las medidas?: También.
9
“Estamos tomando medidas”, decía en los andenes del metro. Los avisos no se leen, los borró el paso de los pasajeros. A las medidas, también
10
“¡Hazte el despierto y dale el asiento!” – dijo la señora, zamarreando al joven que cerró sus ojos al entrar una anciana al vagón del metro.
11
“Siga las reglas”, dice un aviso colocado en los metros. Pero, ¿quién va a hacerlo si el aviso está sobre su cabeza o lo pisa en cada andén?
12
“Siga las reglas”, decía la voz en el vagón del metro. “Pero, ¿qué pasó con los pasajero que me atropellaron al entrar?" pensaba la anciana.
13
Es muy fácil vivir en una ciudad como esta. Lo más difícil, por supuesto, es que todos logren sobrevivir, todos los días y a cualquier hora.
14
“Este país ahora es de todos” La única y gran diferencia es que, por ahora, muchos de nosotros no estamos, para nada, incluidos en ese todo.
15
En este País de las Maravillas, Alicia aún corre por un conejo blanco. La diferencia es que todo está rojo. Y, no por pasión sino de sangre.
16
¡Hay que ver como es la vida! Hoy, que me desperté seguro de que todo era paz, tolerancia, buenas intenciones...  ¡Justo hoy, me secuestran!
17
Conocí un río un día quiso cambiar y se pasó por el ojo de una aguja.  Se hizo un hilo de agua que sirvió para hacerle un traje a la lluvia.
18
Conocí un caballo que bebió mucha agua de un pequeño río. Tanto bebió se él que, cuando nos miraba, en sus ojos veíamos nadar los pececitos.
19
Yo conocí un poeta que amaba tanto la poesía, que se convirtió en palabras para volar con el viento.
20
Nos divertíamos en los ojos color del tiempo de la niña. Si estaba cansada, te veías pequeñito. Si estaba muy despierta,  te veías anciano.
21
Conocí una muchacha cuya voz era tan extraña y bella que, al escucharla, estabas seguro que ella aprendió a hablar del canto de las sirenas.
22
Una niña se miraba en un espejo y, de pronto, desapareció envuelta en una luz. La abuela dice que ella fue a encontrarse con el Principito.
23
En un rebaño nació una oveja verde. Los padres la ocultaron. Temían que las otras ovejas la confundieran con un manojo de hierbas frescas.


Textos de Armando Quintero creados y recreados teniendo en cuenta los 140 caracteres para Twitter.

lunes, 7 de noviembre de 2011

Nuevos cuentos por Twitter

Ilustración de Armando Quintero realizada en técnica mixta.

1
Observó por el ojo de la cerradura. Un verdugo blandía su hacha bien afilada y le aguardaba. Permaneció donde estaba. Ahora es un fantasma.
2
… Quienes miran por el ojo de la cerradura, ven un esqueleto que cubre su calavera con una capucha negra y blande un hacha bien afilada.
3
Le aseguró que la amaba tanto que se metería en un espejo y regresaría saltando de nuevo. Lo hizo. Ni pensó en la piedra que ella blandía.
4
- Si quieres la luna, te la doy – le dijo él a ella. Cuando al fin pisaron la luna, le dio un abrazo y la dejó allí con su deseo cumplido.
5
- Tal vez nunca encontremos un oasis. Sigamos bebiendo de nuestras soledades– le dijo el joven a su amor de siempre - y, así, nos casaremos.
6
No olviden que inmortalizar una honrosa memoria por decreto tiene su precio: ¡mantenerla! – decía el condecorado oficial a sus subalternos.
7
- Ella sale del retrato que le hicieron, ése donde está con su traje de Doña Bárbara y se sienta a ver sus propias películas de María Félix.
8
- Nosotros no somos malandros. No tenemos trabajo y tenemos familia. Como el que sabemos dijo lo que dijo, sólo les pedimos su colaboración.
9
- ¡Aquí no pasa nada! En este país todo es seguro, las finanzas, el transporte, la seguridad social y personal. Lo opuesto es una sensación.
10
La mentira es creada por los medios: No ven, no oyen, pero hablan y escriben. ¡Fariseos! Y sólo critican todas nuestras buenas intenciones.
11
En este País de Maravillas, nada el pájaro y vuela el pez. ¿Acaso no lo ves? ¿Qué sólo es mi sensación? ¡Guardias!: ¡La pena máxima para él!
12
- Regálenme un buenastalde. Le voy a decir algo contreto y sin rodeos: ábranme sus calteras, muéstrenme sus celulares y el efetivo. Más nada
13
- ¡Córtenle la cabeza! No, mi señoría. Aquí hay justicia e igualdad. ¡Todo opositor se lo encarcela hasta que una enfermedad termina con él!
14
Este es un País de Maravillas. ¿Acaso no lo ves? ¿O, no quieres valorar la cantidad de maquetas y documentos hechos? El techo vendrá un día.
15
- ¡Cuidado con la censu…! No lo dije yo. Lo dijo Quino en los años 70. ¿Cuál es la diferencia? - ¡Shhh! Mejor ni lo averigües, por si aca...


Textos de Armando Quintero creados y recreados teniendo en cuenta los 140 caracteres para Twitter.

sábado, 5 de noviembre de 2011

Más Cuentos para Twitter

Ilustración tomada del Twitter de Mauricio Lemus

1
- No sigas! – ordenó el romántico a la Muerte que le buscaba -Te propongo lo que nunca te han propuesto: ¡tengamos la noche de nuestro amor!
2
¡Salga con cuidado, hijo mío! ¡Y, que Dios me lo bendiga! Eso sí, lleve paraguas. No se le olvide: Afuera,  ¡están lloviendo muchos muertos!
3
Y, después de todo, ¿qué es otra raya para un tigre? Lo malo es que de tantas rayas de más se las completen: Seguro que se volverá pantera.
4
En plena discusión, dijo ella, exasperada: - Tu indiferencia me está matando.
Recibió, comprensible, la respuesta de él: - Nada me importa.
5
Aquel hombre no era un ángel, pero le crecieron unas alas pequeñitas, suaves y tiernas en su mirada cuando vio pasar a aquella muchacha.
6
Una muchacha gustaba de soñar imposibles. Una mañana se despertó segura de que había dormido con su cabeza apoyada sobre el ombligo de Adán.
7
Aquella mirada era tan dulce, tan tierna, que en ella anidaba una colmena completa y una pareja de ositos de peluche.
8
Yo conocí una lágrima que, en días y noches, cristalizó en una caracola para tener la seguridad de que llevaba el mar por dentro.
9
Aquel ingeniero dormía en las noches de salto a salto, hasta que construyó puentes entre sueño y sueño para descansar tranquilo
10
Aquel hombre gustaba tanto de la lectura que su casa se llenó de paredes sabias. No estaban sostenidas por ladrillos sino por libros.
11
Yo conocí a una muchacha cuya voz era tan bella que, al escucharla, uno estaba seguro que 

había aprendido a hablar del canto de las sirenas.

12
Conocí un pequeño pájaro con un plumaje tan brillante y cálido que un ratón nos contaba, luego, que hasta el sol descendió para acompañarlo.