miércoles, 11 de mayo de 2011

La Oveja Verde y su hermanita negra

"La oveja verde de la familia" 
200 x 150 cms. acrilico sobre tela. Tomada del blog de Andrés Mora Melanchton
http://blog.andresmora.cl/p/comprar.html

En un rebaño nació una oveja verde...
Luego de la sorpresa inicial, sus padres trataron de ocultarla del grupo de ovejas blancas al cual pertenecían. Al verla tan pequeña y tierna, temían que las otras ovejas la confundieran con un manojo de hierbas frescas.
 Fue creciendo obediente, delicada y juguetona. Con aspecto y parloteos de balar - como para siempre- el idioma de los corderitos. Algo que muy pocas ovejas blancas hacen en los lugares donde nadie escucha al otro sino a sí mismo.
 Cierto día, en un descuido, se asomó al mundo por la puerta falsa de un corral y supo que tenía una hermanita negra. Era una oveja más pequeña en tamaño pero, más grande en travesuras que ella. De una curiosidad inagotable, apasionada de los juegos, capaz de toda clase de preguntas y, sobretodo, fascinada por hacerle bromas a las grandes ovejas blancas  que siempre andan alineadas como para ser contadas, saltando cercas, a la hora de los desvelos.
Apenas se vieron, se reconocieron. Porque ambas sabían lo que cada una era con la otra. Y se fueron a recorrer mundos. Escuchando por aquí, hablando por allá y sorprendiendo por todos lados, descubriendo que el universo tiene más de siete maravillas, cinco sentidos y dos posibilidades de observarlo.
Aprendieron a amar a Charles Chaplin, a Einstein y a Pelé. A vibrar con Bach, Vivaldi y Rubén Blades. A sentir a Velázquez, a Goya, a Van Gogh y a Reverón, y disfrutarlos como cuando se lee a Mafalda, a Calvin y Hobbes, a Olafo o a Charlie Brown. A recordar las voces y los gestos de Blanca Graciela, Luis Luksic y del Tío Nicolás contando cuentos; sentir que el corazón y los oídos se encuentran igual de acompañados como cuando escuchan a Sting, los Beatles o las tonadas de Simón. A disfrutar las cosas más sencillas con Aquiles Nazoa y las menos sencillas de su credo. Para todos, aprendieron la seguridad de conocer que, aquellos que en el mundo han sido, seguirán siendo, en la memoria, vivos.
Por ello, y para ello alimentan sus relaciones con el asombro, el humor, la ternura, la bondad, la dignidad y la esperanza, recorriendo todos los espacios posibles - y aún los imposibles- con la maravillosa propuesta de contar cuentos.


Del libro Los Cuentos de la Vaca Azul de Armando Quintero. Ediciones E.V.A. /CONAC 2000

No hay comentarios:

Publicar un comentario